Parece que te hizo la boca un fraile
Esta expresión me la decía mi padre cuando era pequeño.
Pedía y pedía sin valorar costes, esfuerzos y demás.
Yo quería algo y lo verbalizaba.
Pedía ahora.
Pedía después.
Pedía más tarde.
Una y otra vez.
Eso sí, unas veces tenía lo que quería y otras muchas veces no.
Pero, ¿qué pasa cuando es el cliente el que pide?
Pues depende.
Mira.
Tengo un cliente.
Un cliente bueno, muy bueno.
Es un hombre legal, de esos que da gusto trabajar con él.
Pero tiene un problema.
Pide y pide fuera de presupuesto.
Pide y vuelve a pedir.
Y claro, cuando llega la factura, se le salen los ojos de las órbitas.
“Pero si me dijiste que era X”
Sí, pero me pediste Y, Z y todas sus compañeras.
Lo que era un trabajo se convirtió en 4, así que hay que entender que la factura suba.
Lo entendió, claro que lo entendió, y todo muy bien.
Los clientes piden, pero tú tienes que cobrar por lo que haces.
Tu tarifa, ni más ni menos, pero cobrar.
Porque si un día no cobras algo que te pidan, pensarán que otro día lo volverás a hacer, y no, eso no es así.
Todos comemos.
Todos queremos ganar dinero.
Así que no te cortes, deja claro tu precio y pide por cada servicio que te pidan.
Si les hizo la boca un fraile, es su problema.
Y sí, cobro por escribir tus post de LinkedIn, tus campañas de email, los textos de tu web y muchas más cosas.
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